jueves, 24 de noviembre de 2016

El lado oscuro de Alfred Hitchcock




Alfred Hitchcock ha pasado a la historia por ser considerado el maestro del suspense. Destacó por su excepcional técnica cinematográfica con recursos narrativos innovadores y fue el pionero en muchas de las técnicas que caracterizan los géneros del suspense y el thriller psicológico (uso de la cámara para imitar la mirada de la persona, encuadrar la escena para provocar sensación de ansiedad, miedo, etc.).

Sus falsos culpables, las madres posesivas y controladoras y los personajes débiles y atormentados forman parte de sus historias. Muchos de sus filmes presentan giros argumentales en el desenlace y tramas perturbadoras que se mueven en torno a la violencia, los asesinatos y el crimen. Sus películas también se acercan al psicoanálisis y tienen marcadas connotaciones sexuales.

Pero, ¿qué hay de biográfico en sus películas? Aunque a Hitchcock le gustaba salir en sus películas con papeles fugaces y sin mucha importancia, el trasfondo de sus atormentados y misteriosos personajes escondía algo más que una trama ficticia.  ¿Son sus películas un reflejo de su “lado oscuro”? 


Muchos han llegado a considerar su cine como una suerte de test de Rorschach, donde cada uno atisba lo más inquietante de su propia psique.

Alfred Hitchcock nació el 13 de agosto de 1899 en Londres y fue el tercer hijo de un matrimonio de clase media de rigorosa educación católica. La estricta educación que recibió, sobre todo por parte de su padre, lo convirtió en un niño tímido y acobardado, aspectos que le acompañaron toda su vida. Su enseñanza se basaba en el orden, la disciplina y la austeridad como valores para afrontar la vida. De ese modo, el autoritarismo y la rigidez moral le provocan a Alfred el interés por el tema de la culpa, aspecto muy presente en sus películas. 

La experiencia vivida en un centro jesuítico marcó profundamente al cineasta, acentuando el miedo a todo lo prohibido. Años más tarde él lo explicaba con estas palabras: “El método de castigo, por supuesto, era altamente dramático. El pupilo debía decidir cuándo acudir al castigo que se le había impuesto. Debía dirigirse a la habitación especial donde se hallaba el cura o el hermano lego encargado de administrarlo. Algo parecido a dirigirte a tu ejecución. Creo que era algo malo. No usaban el mismo tipo de correa con que azotaban a los chicos en otras escuelas. Era una correa de caucho”.

SUS OBSESIONES

Detrás de la pantalla se decía que Hitchock tenía fama de prepotente y misógino, que le encantaba ser adorado, y convertirse en el centro de atención en todas las conversaciones. 

Por todos era conocida su predilección por las mujeres rubias, ya que según él mismo contaba, las consideraba misteriosas y frívolas y eran más fáciles de fotografiar en blanco y negro y de resaltar su elegancia. Por ese motivo tenía muy claro que  las protagonistas de sus films serían rubias, y si no, se teñirían, como sucedió con actrices como, Madeleine Carroll, Joan Fontaine o Ingrid Bergman.

El hecho de que los personajes femeninos  de Hitchcock  fueran extremadamente pasivos y vulnerables, hizo que muchos especularan  sobre el deseo que tenía Hitchcock por conquistar la sexualidad oculta de estas mujeres inaccesibles. Otros, por el contrario, encontraron en sus películas un atisbo de feminismo, como declaró el director James Gray. 

Al igual que se su colega Billy Wilder, Hitchcock fue acusado con frecuencia de misoginia incluso por sus propias actrices a las que quería controlar hasta extremos enfermizos.

Muchas fueron las revelaciones que Hitchcock le hizo al director francés François Truffaut en una entrevista, la cual dio origen al libro “El cine según Hitchcock” (1966)

                          “El sexo no debe ostentarse. Una muchacha inglesa, 
                          con su aspecto de institutriz, es capaz de montar en 
              un taxi con usted y, ante su sorpresa, desabrocharle la bragueta”, 
                   fanfarroneaba en sus conversaciones con François Truffaut.

 



Sus más fieles seguidores dicen que lo más interesante de su filmografía radica precisamente en sus miedos y fetiches, en sus terrores nocturnos y fantasías sexuales. Hitchcock era consciente de que algunos medios lo veían como un degenerado y por eso no hablaba de sus obsesiones en público, pero tampoco las censuraba en sus films. 

                “Quiero mujeres con aspecto de maniquí, auténticas damas, 
                  que se convierten en verdaderas putas cuando ya están 
                          en la alcoba", dijo Hitchcock haciendo alarde 
                                   de su retorcido sentido del humor.

Truffaut se propuso dar una lección a la industria y ensalzar la figura de Hitchcock, de esta forma intentó convertir en arte las enfermizas obsesiones del cineasta. 

Medio siglo después de esta entrevista, el norteamericano Kent Jones ha dirigido un documental donde junto de David Fincher, Martin Scorsese, Wes Anderson, Richard Linklater, Olivier Assayas o Kiyoshi Kurosawa  analizan la influencia de Hitchcock en sus propias carreras.

THE GIRL

The Girl (2012) es un film donde se expone la turbulenta relación de trabajo, fascinación y obsesión que sufrió Tippi Hedren a la hora de realizar dos películas con el mago del suspense (Los Pájaros y Marnie, la ladrona.)  Esta película está basada en el libro “Las damas de Hitchcock” de Donald Spoto. 


Tippi Hedren, tal y como redacta en sus memorias, acusa al cineasta de acoso sexual. La actriz, madre de Melanie Griffith, asegura que sufrió múltiples y constantes abusos por parte del director. Su obsesión por ella llegó a tales extremos que incluso prohibía que hablaran con ella o la tocaran fuera del rodaje. 

Según cuenta Tippi, incluso Hitchcock le pidió a su chófer que pasara a recogerla para tratar de besarla en la parte trasera de su limusina: "Fue horrible, un momento horrible", describió la actriz. 

Incluso en una de esas ocasiones, llegó a ponerle las manos encima, momento que Hedren describe como traumático: "Era sexual y perverso, cuanto más me oponía, más agresivo se volvía". Este intento de violación fue retratado por Donald Spoto en la exhaustiva biografía del director británico titulada “La cara oculta del genio”.

Para muchos de sus seguidores incondicionales la imagen de “depredador sexual” que ofrece la película deforma su memoria.




Cristina Cañamares Gordillo
Graduada en Criminología
Licenciada en Derecho
Diplomada en postgrado de Criminalística
Administradora del Blog  “Criminología de estar por casa”
E-Mail: cristinacg1980@hotmail.com

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